lunes, 11 de agosto de 2008

Soltura

I.
A mí nunca me gustó mi letra. Y eso que detrás de cada una de ellas había un decisión consciente sobre cómo hacerla. Miraba las letras de los demás, las imitaba cuando me gustaban. Pero igual todos decían que mi letra era horrible y yo les creía. Mi pretexto era que era zurda, ni hablar, torpe salió la niña. Hoy vi mi letra y dije "qué bonita es". ¿Había cambiado? Quizás no sustancialmente salvo en una cosa: creo que en ella había más soltura.

II.
Recuerdo o sueño o invento que alguien me dijo hace poco que había mejorado en la cama. ¿Cuál es (era, sería) la diferencia? Fluyo más, me dejo llevar, estoy más presente. Tiene sentido.

III.
Mi psicoanalista dice que llegué a sus manos porque mi mecanismo de defensa de racionalización me resultó insuficiente. Creo que tiene razón. No todo puede ser procesado escrupulosamente por la reflexión. Es agotador y antinatural y crea respuestas rígidas.

Con esto llegamos a la conclusión: mi liberación de mí misma está, en este momento de mi vida, en la soltura. Y creo que ya estoy dando los primeros pasos


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