jueves, 20 de diciembre de 2007

¿Triste?

Quizás he obrado equivocadamente al querer cambiar mi mundo circundante cuando el núcleo de él sigue siendo el mismo. Hasta ahora sigo pensando que no hay nada bueno que pudiera llegar a mi vida sin permearse en él, tarde o temprano, mi tristeza. Nada bueno-íntimo al menos. La consecuencia más inmediata es dejar entonces inútilmente de cambiar o deshacer mi mundo circundante. Sobretodo si éste decide su lugar y momento. Pero eso tampoco me deja tranquila, porque, aunque me desmorone o aunque salga victoriosa, sigo defendiendo que debería de haber cierta legislatura.

Y otra vez, antes de llegar al final he sentido ese mareo, ese aturdimiento. Lo repruebo, todo, lo repruebo, todo es tan verdad o tan mentira, todo es tan triste o tan insignificante. Estoy cansada de querer ponerle pies y cola a una nube de nada.

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