miércoles, 19 de diciembre de 2007

De no-yos

La angustia que domina en secreto nuestra existencia no es el miedo a la muerte como se piensa, es más bien la fugacidad del yo, la intuitiva certeza de nuestra condición etérea. No importa que eso se deba que llevamos impresa la muerte en los huesos, eso ya lo sabemos, moriremos, sí, moriremos, y eso no da ni quita nada. Lo que importa en realidad es esa sensación, esa sensación de ficción, de inconsistencia. Y a mis todavía no veintiun años, me tortura aquella endemeniada pregunta: ¿Qué? ¿Qué coños me ata a mí? ¿Con qué derecho?

No hay comentarios: