Sin duda invierto gran cantidad de energía psíquica en lo que llamaremos la patología. Esta energía, que ha vivido malgastándose en el desgaste emocional de la patología, quedará ahora libre, y tendrá que buscar otra salida, idealmente, más productiva.
Previniendo eso, hay tres salidas de emergencia (jaja qué pena, quién me oyera con mis problemas ridículos):
1.- Desplazar la fantasía en, lo que denominaremos, el proyecto. Es decir, depositar la energía psíquica en lo que sí se puede hacer, en terrenos donde sé que obtendré frutos y que de paso me sirva para recuperar mi presente.
2.- Darle rienda suelta a la introspección por este medio. La clave del experimento está en el análisis, en el autoconocimiento. El camino de la ansiedad será escribir, en vez de desistir.
3.- Nuevos entretenimientos menos enajenantes. Novelas por ejemplo.
Previniendo eso, hay tres salidas de emergencia (jaja qué pena, quién me oyera con mis problemas ridículos):
1.- Desplazar la fantasía en, lo que denominaremos, el proyecto. Es decir, depositar la energía psíquica en lo que sí se puede hacer, en terrenos donde sé que obtendré frutos y que de paso me sirva para recuperar mi presente.
2.- Darle rienda suelta a la introspección por este medio. La clave del experimento está en el análisis, en el autoconocimiento. El camino de la ansiedad será escribir, en vez de desistir.
3.- Nuevos entretenimientos menos enajenantes. Novelas por ejemplo.
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