martes, 8 de julio de 2008

Sobre recibir

Quiero aprender a recibir. Como la gente recibe, con alegría, sin remordimientos. Yo me siento en deuda con quien me quiere, me siento incómoda cuando invierten dinero en mí y no sé pedir ayuda porque no vaya a ser que al otro le cueste. Pero al mismo tiempo, ¿cómo vencer aquello cuando así he crecido recibiendo dones sólo a cuentagotas? ¿cómo vencerlo cuando me han enseñado desde pequeña que nada es gratuito, que hay que estar siempre agradecidos, que hay que regresar el favor, ser humildes y no olvidar que alguien más siempre se está sacrificando por uno?
Mis padres me quieren comprar un auto. Es más por orgullo de mi madre que por necesidad mía. Y empieza entonces la función:

"Yo sé que siempre has querido un Ibiza, pero Juan Pestañas dice que no sale bueno, por qué no mejor un Yaris, el Yaris es más coche, mira, y estamos afuera de la Toyota, qué coincidencia, vamos a verlo, por supuesto que no era que lo tuviera planeado."
"Y oye, que no sea amarillo como lo querías, porque Mañe dice que se devaluan por el color como diez mil pesos, y tampoco grises porque ya estamos cansados de los grises, ni azules, porque tendríamos tres coches azules, ¿no prefieres un coche rojo? Yo siempre he querido tener un coche rojo."
"Pero no lo vayas a chocar, nena, tienes que tener más cuidado, ¿a este sí lo vas a tratar bien, verdad? Cuidadito, nada de mantenerlo sucio ni de hacer marianadas".
"Y somos una familia, así que vamos a compartirlo, ¿eh? Nada de ponerle estampitas ni tu muñeca horrible esa que tienes colgado del retrovisor; y se lo vas a prestar a tu hermano, en realidad no va a ser tuyo sino de los dos, ¿entendido? Y él lo va a poder usar en las tardes y los sábados y cuando lo necesite, y si alguna vez tienes tú que usar el coche viejo, pues lo usas y fin del asunto."
"Pero no te enojes, nena, todavía no compramos el coche y mira cómo te pones, nosotros que vamos a hacer un esfuerzo porque te muevas en un coche bonito, ¿tú crees que no preferiríamos nosotros usar ese dinero para otra cosa? Pero lo hacemos porque te queremos, y porque ya te mereces un coche nuevo, porque eres una excelente niña, claro, salvo por tus desplantes y tu egoísmo y tu forma de poner tan poca atención en las cosas."


Y luego se enojan cuando les digo que mejor no quiero nada. Qué ingrata yo, ¿no?

No hay comentarios: