viernes, 18 de julio de 2008

Mujer con falo II

Hay más cosas que decir al respecto.
Mi familia resulta ser la familia estereotípica para engendrar una hija histérica como yo. Mi padre seductor, orgullosísimo de mí, eternamente enamorado de su hija difícil y además correspondido. Mi madre hecha a menos, entre más fea y más gorda por ella está mejor (inconscientemente claro), porque no se cree digna del amor de mi padre, fuera de la jugada y por tanto recurriendo a su única promesa de falo, el cuchi cuchi de mamá, o en otras palabras, mi hermano.
Por otro lado, una diferencia inconveniente entre los hombres y las mujeres con respecto a la superación del complejo de Edipo, es que, en el caso de los hombres, la zona erógena de la etapa fálica y la etapa genital coinciden en el pene, por lo que pueden no superarla y tener una vida sexual aceptablemente placentera; mientras que para las mujeres, como ya lo dije en el post anterior, la zona erógena cambia del clítoris a la vulva, de manera que si no cambia (si te quedas histérica) los pobres chicos se ven en la necesidad de hacer circo, maroma y teatro para producirle un orgasmo a su mujer, mientras que con la sola penetración debería de bastar.
Y por último, me arriesgaré a explicar algo que no tengo demasiado claro, así que perdonen por los huecos conceptuales que puedan percibir, ya los rellenaré cuando estudie más al respecto.
Pasa que el complejo de Edipo de las mujeres es mucho más complejo que el de los hombres, pues, aunque ambos temen a la castración, resulta que las mujeres, de hecho, están castradas desde el principio, lo que las lleva a un rechazo de su propia sexualidad, quieren ser hombre, quieren tener pene, ser activas, dominantes, etcétera, y es con el enamoramiento del padre que empiezan a aceptar su rol femenino; mientras que en el caso del hombre se saltan este primer paso y van directo al enamoramiento de la madre, y aunque igual temen ala castración por parte del padre, y aunque igual reciben una castración simbólica al no poderse tirar a la madre, al final es menos violento, porque, aunque no son omnipotentes como sería un ser no-castrado, al menos pueden ocupar en su relación de pareja el lugar de aquel que tiene el falo.

Morma, si te das una vuelta por acá tienes el derecho y, más aún, la obligación, de llenar mis huecos conceptuales y explicarlo mejor.

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