jueves, 28 de febrero de 2008

Y lo contrario también.

Puedo estar tranquila en general, pero definitivamente todavía no me curo del todo de esa angustia repentina que se siente en la garganta, de los pensamientos negativos que me bombardean al menos una vez al día, de esa indisposición generalizada y de ese miedo a los fines de semana.
Y es que al final, ¿cómo curarse de sí mismo?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

felicidades por este honesto blog, ojalá vivieses más cerca, por cierto,has oido hablar de la distimia??

Nerea dijo...

Gracias por las felicitaciones, qué bueno que te guste.
Sí, he oído hablar de la distimia, ja, la conozco y la vivo y la combato, pero hasta ahora toda destrucción ha sido seguida por una reconstrucción.