No tiene que ver con él. O con ellos. O más bien tiene que ver con todo y se traduce sólo en una espesa niebla. Veo con claridad y al mismo tiempo no veo. Un viejo paisaje desaparece y es algo bueno, tenía que hacerlo. Pero el presente es blanco y yo busco desesperada algo de qué asirme. Fue insensato incluir ese catalizador en la mezcla, fue irresponsable. Pero al mismo tiempo agradezco que así haya pasado. Los faros están siempre lejos de la ciudad, pero es desde ahí desde donde se aprecia. Es una sensación extraña, esta obnubilación expansiva, esta blanca niebla.
sábado, 9 de febrero de 2008
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