martes, 7 de agosto de 2007

El tiempo es conciencia

Husserl dice que la conciencia es tiempo, pero no hablaremos de Husserl esta vez, sólo jugaremos con él, invirtiendo el orden: el tiempo es conciencia.
Piénsalo así: imagina que pudieras vivir algo ahorita, algo que no es parte de tu vida propiamente pero que pudiera estar en tus manos hacerlo (algo verosímil, pues), y que lo pudieras vivir a la manera de un sueño; transportándote de golpe a una situación dada y viviéndola sin remordimientos, sabiendo que en un par de horas vas a despertar y tu vida seguirá igual que antes. ¿Qué no harías? Sería, sin duda alguna, la oportunidad de tu vida para hacer todo lo que nunca te has atrevido a hacer. Sin embargo, la realidad es que esto no es un sueño, y por eso es que no hacemos nada de eso. Pero la pregunta del millón es: ¿Cuál es la diferencia entre una y otra?
En mi opinión, la ilusión de la continuidad. El límite es el tiempo hay quien dice y es cierto, pero si el miedo que nos detiene a hacer algo que queremos hacer es el de envejecer, me parece una reverenda estupidez. ¿Y si no es eso qué es? Es el tiempo sí, pero el tiempo como conciencia, y la conciencia como lo que le da continuidad a un momento y a otro, lo que le da sentido.
El problema de esas cosas que quisiéramos hacer, que podríamos hacer y que sin embargo no hacemos, es que de alguna forma entran en discordancia con nuestro esquema mental, con nuestra escala de valores o con lo que tú quieras, y esa discordancia es posible porque asumimos que somos los mismos, porque nos distendemos en el momento a (aquello que somos y creemos que somos, nuestra vida) y el momento b (aquello que queremos hacer) y al hacer esa distensión no encontramos luego la forma de unir un momento y otro, hay una ruptura en la conciencia como continuidad y eso nos rompe también a nosotros mismos.
Y la cosa se aumenta cuando consideramos, además, la conciencia ajena, de los otros, porque igual y mi conciencia es lo suficientemente flexible para permitirme conciliar dos cosas difíciles de conciliar, pero a veces ocurre también que están en juego también otras conciencias, como que yo no pueda soportar que equis evento yazca en la conciencia de equis persona, o ausentarme o modificarme en la conciencia-tiempo del otro, etcétera.
¿Qué cosas, no?

No hay comentarios: