sábado, 7 de julio de 2007

Formas de control

Creo que no fui suficientemente clara con el post llamado "Callar", así que aquí viene una reformulación de lo mismo. Hay distintas formas de adquirir el control, ¿estamos? Y para mí, hasta hace unos meses la forma más eficaz para adquirir el control era poner al descubierto todas las cartas. Nada de intrigas, nada de ases en la manga, todo a la luz de la mirada, ahí dónde puede resolverse el misterio, ahí donde todo es claro. Sin embargo, al mirarlo más de cerca, vemos que, de cierta manera, eso es una forma de perder también, porque implica que el otro también sepa tus cartas y no sólo tú las suyas.
Por lo mismo, desde hace unos días (o semanas, nunca se sabe, ya que siempre empieza de forma gradual y silenciosa), esa perspectiva ha ido cambiando, y de pronto me parece tan absurda aquella vieja forma de tomar control... ¿Pero por cuál ha sido cambiada? se preguntarán. Sencillo: por el silencio. Dejar que las cartas permanezcan ocultas, dejar la tensión del juego, el misterio y el riesgo. Es cierto que eso hará que nunca sepas las cartas del otro, pero: ¿acaso con el otro método, realmente llegabas a saberlo? Dudosamente. En cambio la ventaja de no enseñar tus cartas es que, pierdes lo mismo que en el otro caso con la diferencia que al menos sabes que lo has perdido, mejor aun, que has decidido perderlo, y todavía más, obtienes la ganancia secundaria de saber que el otro no tiene ni una pista sobre cuáles son tus cartas, y la confianza de saber que tus cartas están en tu mano y a tu disposición y de que está en ti elegir enseñarlas o no, y puedes incluso llevártelas a la tumba si así lo decides sin develarlas nunca.
En mi tiempo pasado eso me hubiera parecido insoportable, pero ahora, no sé, las dimensiones se abren y en una de esas es hasta más sano, qué sé yo...

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