Esta es una estupidez que no sorprende a nadie. Más que a mí. Pareciera como si por cuidar mi imagen, por dar cuenta de la continuidad en mis cambios, por pronunciarme como una, más aún, como una deseada por mí, como una ideal, me olvidara que yo no soy la única que cambio. Es decir, el juicio no es unilateral, yo soy otra, pero no yo solamente. El otro puede reprocharme mis cambios, pero yo los suyos. Qué sé yo, no espero que esto se entienda. Es solamente que se abre la posibilidad de crear un nuevo juicio, pero éste, diferente al resto, éste, sin involucrarme a mí. Whatever.
viernes, 11 de mayo de 2007
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1 comentario:
Máxima de Octavio Paz, o mejor, rimbuaidiana que seguro es de donde se la robó: estamos sedientos de otredad; j´st autre.
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