Las blablaciones comenzaban a ser nauseabundas en su excedente de exterioridad. Pero esta vez intentaremos que las palabras vuelvan ser palabras, palpitaciones, sugerencias. Hay que dejar a un lado aquella ilusión incomoda de la verdad, hay que jugar, respirar, descansar.
miércoles, 13 de febrero de 2008
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