miércoles, 20 de febrero de 2008

Los necesitados

La idea es simple:
Cualquier persona que navegue por la vida con bandera de necesitado, merece una patada en el culo y nada de respeto. Claro que hay momentos, pero hay que considerarlos como caídas y no como justificación para arrastrarse.
Requerimos conquistar la gratuidad y sobretodo, requerimos conquistarnos a nosotros mismos. Apostarle a la casualidad, en vez de a la determinación y apostarle sobretodo a la voluntad actualizada en cada paso y a la libertad de hacerla realidad a cada momento con todo el absurdo que esto representa. Y que no se crea por ello que me consuelo en la utopía, no, sino al contrario, me consuelo en el despojo, nada más real y nada más incierto. Es decir, no sobrevivo bajo la esperanza de que entre las ruinas reviva una flor, no sobrevivo abrazada a esos trozos de piedra que antes fueron templos, no, sobrevivo porque camino, porque hay mundo y porque me sé de alma viajera. Las promesas nada dicen, pero el abismo, el abismo...Y es que al final parece que es sólo cuestión de percepción creer que vuelas o que caes, y yo quiero volar, quiero volar tanto y tan sola, aunque a veces se me olvide.

(Sólo hace falta hacer lo más difícil: terminar de empalmar lo que siento con lo que pienso, pero paso a paso y ya que es tan verdadero tanto el uno como el otro, enfoquémonos en el que más bien nos haga)

P.S. Para los que necesiten una guía de lectura: de lo que se trata todo, en el fondo, es que por primera vez en años soy psíquicamente soltera, y eso es fuerte, muy fuerte. Eso y que no todo es forma, como me gusta pintarlo, sino que también hay fondo y perder el fondo por la forma no es sencillo, es como perder la vida por tu país o algo así.

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