Munguía dice que todos tendemos en nuestra orientación filosófica, pero también en lo que somos, a alguno de los trascendentales: verdad, bondad o belleza. Lo vemos en los filósofos, por ejemplo: Lévinas busca la bondad, Kant busca la verdad y Nietzsche busca la belleza, etcétera. La pregunta entonces que es necesario formularnos a nosotros mismos para tomar postura de las cosas es cual es nuestro trascendental. Me atrevo a profesar que el de la mayoría es el de la belleza. Es el trascendental de la época. Yo siempre he estado, en mi camino filosófico, entre la bondad y la belleza, pero creo que al final acabaré dejándome vencer por la belleza. Qué cosas.
sábado, 15 de septiembre de 2007
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