
Pero el mundo no se acaba. Todavía hay muchos oficios que puedo realizar dada mi incapacidad filosófica, como por ejemplo:
- Puedo estudiar administración hotelera.
- Puedo dedicarme a lamer sobres y pegar timbres.
- Puedo repartir volantes.
- Puedo plantar arbolitos.
- Puedo bañar y pasear perros.
- Puedo recoger conchas en una playa y luego venderlas.
- Puedo pedir que el gobierno me mantenga abogando discapacidad.
- Puedo transcribir telegramas u otra cosa sencilla.
- Puedo ser viene-viene (bueno, eso quien sabe).
- Puedo engendrar el hijo de un hombre guapo y rico y desentenderme del resto de la vida.
- Puedo volverme monja.
- Puedo suicidarme.
- Puedo ser de las lloronas de los entierros jajaja eso me saldría bien.
- Puedo ser de esas selladoras de boleto de estacionamiento o de "pagado". Sé sellar muy bien.
- Puedo volverme vampiro.
- Puedo vender mis secreciones a artistas contemporáneos.
- Puedo ser una dadora de hora. Jaja pararme en un lugar a dar la hora (pero tiene que ser con reloj digital jaja si no se me complica)
- Puedo ser una estatua bonita si me cubren de cemento.
- Puedo enamorar a un filósofo para que me diga que soy una maravilla, que estoy exagerando y así me reivindique al campo de la filosofía.
-Puedo darme cuenta yo solita y mandar todos al diablo.
1 comentario:
Voto por la penúltima: estás exagerando y eres una maravilla. Tú sabes que lo creo con todo el corazón y sabes, en el fondo, que es cierto. Ánimo. (Aunque la de ser llorona en serio podría, a los dos, sacarnos de pobres..., ja, ja.)
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